Te has preguntado alguna vez, ¿Por qué cuando quieres decirle algo a tu
hijo/a adolescente al final acabáis, en la mayoría de los casos, discutiendo y
gritando? Cuál crees que es la causa, ¿tu, tu pareja o tu hijo? No estoy
delante de ti, pero estoy segura que tu respuesta ha sido “mi hijo/a”, ¿a qué
sí?
Realmente
crees que todos los problemas de comunicación que hay en vuestra relación, ¿son
por culpa de tu hijo?. Supongo que habrás oído el dicho popular que dice que: “Dos no discuten si uno no quiere”, por
tanto aplícate el cuento.
Piensa en la última discusión que
tuviste con el/ella: te fuiste a trabajar y cuando llegaste a casa te
encontraste su habitación sin arreglar, la cama sin hacer y además se había
duchado y secado el pelo, y no había recogido el baño. Teniendo en cuenta que
ni estudia ni trabaja, es lo mínimo que podía haber hecho, limpiar lo que
ensucia.
Esta es la descripción de la
causa, ahora piensa un momento, cuando tu llegas a casa y ves todo esto, y
piensas en cómo debería haberse comportado y no lo ha hecho, ¿cuál es tu
objetivo cuando decides hablar con él/ella?
1.
Hacerle pagar su falta de respeto hacia sus
padres y hermanos que conviven con él y
castigarlo.
2.
No quiero ser amable con él porque si no, sale
ganando.
3.
Soy una víctima y quiero hacerle ver que me
tiene como una esclava/o.
Si eres sincero contigo mismo,
seguro que tu objetivo es uno de estos tres puntos, o quizás la mezcla de
varios, y si eso es así, piensa ¿cómo
puede terminar una conversación, en la que el objetivo principal es hacer daño
o hacer sentir mal a la otra persona?
Exacto, estamos hablando de tu
propio hijo/a al que tu pretendes hacer sentir mal y castigarle por algo que ha
hecho, y que te hace sentir enfadado, lleno de ira y a punto de estallar…..
Ahora la pregunta que debes hacerte es: ¿Realmente
quiero dejar de discutir con mi hijo/a? Se sincero contigo mismo y cuando
tengas clara tu respuesta…….sigue leyendo.
Si has reflexionado sobre las
preguntas anteriores y quieres que a partir de ahora mejore la relación con tu
hijo/a adolescente y poder hablar como personas civilizadas, escuchando lo que
cada uno tiene que decir, toma nota.
Cómo hacer que las conversaciones con nuestros hijos, no acaben en
discusión:
1. Escuchar,
escuchar y escuchar: la mejor forma de comunicación es escuchar de verdad lo
que el otro nos está contando, aunque nos parezca una tontería.
2. Alentar
al adolescente a que siga hablando: Asintiendo con la cabeza, diciendo, aja…,
si…, etc.
3. Volver
a decir lo expresado por él/ella: Para demostrar nuestra atención, ir
repitiendo lo expresado. Por ejemplo, si nos habla de que se ha peleado con su
amiga del alma: ¿Entonces ella te ha dicho que no te quiere volver a ver? y tu
le has contestado que de acuerdo?
4. Exponer
nuestros sentimientos: Si hablamos de cómo se siente, expresar también nuestros
sentimientos. “Cuando yo era joven también me pelee con mi amiga y lo pasé muy
mal durante varias semanas, hasta que lo hablamos y todo se solucionó”
5. Reflejar
sentimientos: Demostrar que nosotros también sentimos o hemos sentido algo
parecido a lo que está sintiendo y por tanto sabemos de lo que habla.
Ya sé que si de cada cinco
conversaciones, cuatro acaban en pelea, estas pautas no funcionarán de un día
para otro, pero te aseguro que si tu cambias de objetivo con respecto a la
conversación (objetivo positivo en el que ambos salgáis ganando) y la forma en
que te comunicas (los cinco puntos anteriores) en poco tiempo, no solamente discutiréis
menos sino que te contará cosas que hasta ahora no hacía y vuestra relación
mejorará muy positivamente.
ADELANTE Y RECUERDA: ¿Cuál es tu objetivo para hablar con
él/ella?
Agradecemos tus comentarios.
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