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Alcanzar el éxito sin alcanzar una autoestima positiva es condenarse a sentirse un impostor que espera ansiosamente ser descubierto.
Una de las características de las personas con autoestima positiva es que tienden a evaluar sus habilidades y logros de forma objetiva, sin negarlos ni exagerarlos. La autoestima es lo que yo pienso y siento respecto a mi mismo, pueden quererme mi familia, mi pareja y mis amigos y a pesar de ello no quererme yo mismo; puedo ser admirado por mis socios y sin embargo considerarme indigno; proyectar una imagen de seguridad y aplomo y por el contrario temblar por sentirme inseguro e inadaptado. Ser adorado por millones de personas y aún así despertarme cada mañana con una sensación de engaño y vacío.
Es peligroso ver en los demás una fuente primaria de autoestima, primero por que no funciona y segundo porque corremos el riesgo de convertirnos en adictos a la aprobación de los demás. Lo más eficaz para liberarse es escuchar nuestro cuerpo y nuestras emociones, eso elevara el nivel de conciencia de nuestros actos y nos hará pensar por nosotros mismos.
Las personas con seguridad en ellos mismos, no se ven impulsados a mostrarse superiores a los demás; no buscan probar su valor midiéndose según su estándar comparativo. Se alegran de ser como son, no de ser mejores que otra persona.
También es cierto que las personas con problemas de autoestima se sienten incómodas ante las que no la padecen, se muestran irritables frente a las entusiastas de la vida, y suelen envidiarlas y experimentar resentimiento por las personas aparentemente felices.
Relación de autoestima con inteligencia: Una persona muy inteligente y con una autoestima alta no se siente más apta para la vida o más merecedora de felicidad que una persona con idéntica autoestima e inteligencia más modesta.
La seguridad no se da, se adquiere y esto se consigue pensando independientemente. La autoestima y seguridad en uno mismo va integramente relacionada con los valores, convicciones y creencias de cada persona.
Cuando nos comportamos de forma que entra en conflicto con los juicios de lo que está bien o mal, nos desprestigiamos a nuestros propios ojos, nos respetamos menos. Y si esta actitud se vuelve habitual, confiamos menos en nosotros mismos o dejamos de hacerlo.
Continuará..................................
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