Si tuviera que dar un ranking de las preguntas/obstáculos más
demandados en mi despacho profesional, esta sería una con más puntos junto con
la relación de pareja y ello es debido a que a las personas nos preocupa no tener buenas relaciones, sobre todo si
esas relaciones son con personas muy cercanas a nosotros y que queremos.
Esta demanda de ayuda para que la
relación con los hijos mejore, la solicitan personas de todas las edades, puede
ser una madre o padre con un hijo de 13 años, de 18 o de 25, pero al final da
igual la edad que tengan los hijos o los padres o si es niño o niña, lo
importante es que una de las partes (en este caso el padre, la madre o ambos)
han tomado la decisión de que esto no
puede seguir así, que esta situación no es buena ni para los padres ni
sobre todo para los hijos y lo que al principio parecía algo temporal o de una
época concreta, ha desembocado en algo habitual que impide que haya paz y
tranquilidad en casa y que la vida familiar sea satisfactoria para todos.
Una vez tomada la decisión, hay que ponerse manos a la obra ¡YA!,
no esperar más, cuanto más esperemos más difícil será solucionarlo y mejorarlo.
Lo ideal sería que ambas partes (padres + hijos) lo hablaran y se pusieran de
acuerdo para trabajar esa mejora, pero como en la mayoría de los casos esto
representa casi una utopía (en la situación actual) pues debemos trabajar sólo
con el padre/madre y aunque a priori esto pueda parecer que no será suficiente,
como siempre digo a mis clientes, “con
que uno de las dos partes cambie, la relación mejorará de forma evidente” y
se lo demuestro.
¿Por dónde empezar?
·
Antes
de nada debemos averiguar de dónde partimos, cual es la situación actual de la
relación y dónde queremos llegar o qué queremos conseguir. Ej. Tu hijo no habla contigo, no te cuenta lo que hace en el cole, con
los amigos, ni con quien sale o dónde va. Si le pides o preguntas algo, no
responde o lo hace con monosílabos o te contesta mal. Sientes que lo estás
perdiendo pero no sabes qué hacer ni qué decir…
· Cuando
tengamos claro nuestro objetivo, debemos valorar si ese objetivo marcado por el
padre/madre es realista y ecológico. Es decir si lo que pretende conseguir
beneficiará a ambas partes, no tan solo a los padres. Si esa meta, hará que la
relación crezca y satisfaga tanto a los padres como a los hijos, y sobre todo
si una vez conseguida hará que la vida familiar sea satisfactoria para todos. Ej. Qué es lo que realmente queremos
conseguir, que nuestro hijo haga todo lo que nosotros digamos, que nos lo cuente todo para
así poder decirle lo que debe hacer o no, acompañarlo a todos lados como cuando
tenía cinco años….Porque si es todo eso, ya os digo que no os sirve como
objetivo. Hemos dicho que debe ser “ecológico” es decir que cuando lo consigas,
deberá beneficiar a ambas partes, no sólo a los padres o sólo al hijo, porque asi
no funcionará, ni habrá ese cambio que tanto ansias…
·
Confirmado
que es un buen objetivo, podemos empezar a trabajar en él y buscar opciones/caminos
para conseguirlo. Ej. Mi objetivo es que
podamos sentarnos toda la familia a la mesa, y podamos hablar cada uno de lo
que hemos hecho ese día. Que mi hijo tenga la suficiente confianza en mí, para
contarme qué le preocupa. Que no haya gritos en casa y podamos hablar como las
personas, con respeto…
·
Cuando
tengamos claro varias opciones o caminos para llegar a nuestra meta, debemos
buscar en nuestra caja de herramientas, recursos o herramientas que nos
ayudarán a potenciar esa relación y a ir acercándonos poco a poco a nuestro
objetivo (hijo/a). Ej. Qué debo hacer
para conseguir ese objetivo, qué debo cambiar o trabajar. Como ya te he dicho,
lo ideal sería que ese cambio se gestionará en ambas partes, pero como eso de
momento no podrá ser así, debes ser tú, la persona que ponga todo de su parte
para que ese cambio se haga realidad. Te aseguro que si lo haces bien y es lo
que quieres, podrás ver mejoras desde el primer momento……ya me lo dirás.
·
En
el caso de que el cliente (padre o madre) no tengan muchos recursos/herramientas,
el coach le ayudará a buscarlos (donde sea) para que tenga una buena caja de
herramientas y en caso de necesidad pueda echar mano de ella y solucionar
cualquier avería/problema. Ej. Cuando
hablamos de recursos, me refiero a elementos disponibles para utilizar en caso
de necesidad. Si tu hijo acostumbra a gritar en casa, necesitarás paciencia y
tranquilidad para no ponerte a su altura y hablar con normalidad. Si sabe cómo
hacerte salir de tus casillas, necesitarás aprender a relajarte y no estresarte
con su comportamiento (gestión emocional). Si lo que quieres es saber hablar de
forma asertiva (diciendo lo que piensas, pero sin que tu hijo se sienta ofendido
o amenazado) pero no sabes cómo hacerlo, te enseñaremos a ser más asertiva y
empática para que la conversación fluya y podáis hablar como personas…
·
Llegados
a este punto, ya estamos preparados para volver a casa y poner en práctica todo
lo hablado, reflexionado y conseguido en las sesiones. Hay que utilizar las
pautas aprendidas, utilizar las herramientas y los recursos a nuestra
disposición y empezar a ver los resultados/mejoras en nuestra relación. Ej. Ir aplicando poco a poco todo lo
aprendido, y a medida que vayamos avanzando hacia nuestro objetivo, ir cambiando
la dirección (si hiciera falta) para adaptarnos a los avances…
·
Cuanto
más tiempo hayas dejado que exista ese mal rollo en casa, más tiempo costará hacer
que todo vuelva a la paz, tranquilidad, comunicación, bromas, y bienestar
general del hogar. También es cierto que cuanto
antes te pongas en acción, más fácil será que las cosas cambien a positivo.
No lo dejes más, piensa en todo lo que te estás perdiendo de
tu hijo/a, hasta ahora has hecho lo que has podido o sabías y ya ves los
resultados….a partir de ahora utiliza otras herramientas que seguro serán más
efectivas que las que utilizabas.
Siempre estás a tiempo de dejarlas, ¿qué tienes que perder? Piensa, ¿cuánto podrías ganar (tranquilidad, paz, respeto, amor, Felicidad)?
NOTA: Si quieres hacer
alguna consulta sobre este tema u otro que te preocupe puedes hacerlo por mail:
info@coachingyconsiguelo.com
o por teléfono: 687.510.030 y te ayudaré sin ningún tipo de compromiso. Y si
quieres información para empezar un proceso de coaching que te lleve a esa
mejora en la relación con tu hijo, puedes utilizar el mismo sistema.
“Agradezco tus comentarios y preguntas”